Medidas: Ø 35 × 4 cm
Esta pieza rinde homenaje a las cerámicas de reflejo metálico producidas en Manises durante el siglo XV. En ella, un galgo avanza entre arabescos dorados sobre fondo estannífero, reflejando la luz con el mismo fulgor que las obras que decoraban los palacios europeos.
Reinterpretada por Arturo Mora con las fórmulas originales del reflejo manisero, mantiene viva una tradición transmitida de maestro a maestro durante más de seis siglos.